Puente del día del trabajo

Aprovechando la ausencia de mi familia, el miércoles primero de mayo me mudé a SolMadrid, y estuve allí disfrutando en desnudez los cinco días, hasta el domingo.
Aunque no es el Sheraton, el sitio ya dispone de recursos suficientes para poder permanecer en él. Por lo menos yo, que lo conozco y se como moverme, la pasé muy bien.
Además, dado que aún no hay más socios que nosotros, pude disfrutar de la experiencia de permanecer solo durante todo el tiempo que estuve allí. La soledad hace que todo se sienta más intensamente.
Me despertaba al alba y me acostaba no mucho más tarde de la puesta del sol. Así podía disfrutar de hermosos amaneceres y atardeceres. Es maravilloso sentir los primeros rayos de sol calentando la piel, y disfrutar de cuerpo entero del fresco del atardecer, luego de un caluroso día.
Imagen
Está todo muy florido, tanto que a veces sentía que formaba parte de un cuadro de Van Gogh.
Haciendo diversas actividades, el día se me pasaba volando. Entre más hago, más cosas se me ocurren y más me entusiasmo. Tengo tanto para hacer que con frecuencia siento que me vendría bien tener algunas manos más.
Ya está prácticamente completo el vallado de la linde este y plantamos todos los árboles que teníamos disponibles en la linde oeste y sur.
Disfruté mucho, y los días se me pasaron volando. Obviamente que me faltó tiempo, y quedaron muchas cosas a medio hacer.
Es una pena que no haya más sitios como SolMadrid en España. Es una pena que a los españoles no les interese unirse formando clubes.

Saludos
Pablo

Deja un comentario